lunes, 8 de enero de 2018

Preguntas a Marcos Tabossi


¿Por qué elegiste dedicarte a la escritura?

No tengo tan claro el asunto. Es una elección inconsciente. Creo que ella, la escritura, se presentó solita para calmar ciertos malestares. Hoy lo tomo como un estabilizador anímico. Si escribo o leo, mi vida va más o menos bien y todo tiene sentido, pero si no puedo ni una cosa ni la otra, empiezan los síntomas; me siento molesto con todo el mundo, me agarra como una picazón interna y doy vueltas por la vida como un perro antes de cavar un hueso. Son síntomas horribles, por eso trato de dedicarle cada vez más tiempo al placebo de la literatura.  

¿Qué nos podés contar sobre tu último libro?

“Una especie de cárcel” es un libro de cuentos. Fue publicado en Mayo del 2017 por la editorial Peces de Ciudad. Son cinco cuentos que buscan interpelar aquello que se entiende como realidad, o al menos, trabajar sobre los bordes, sobre los márgenes, donde la realidad se vuelve oscilante, donde “lo cotidiano se vuelve mágico”. Mágico en el sentido de lo disruptivo a lo tácitamente establecido. El texto pretende sondear el mundo de la realidad psíquica, de la percepción subjetiva que siempre es elástica y flexible.  
En todas las historias hay algo de cárcel psíquica, de muros que nos empeñamos en construir a causa de ciertos condicionamientos sociales que operan como límite.

¿Con qué personaje de ficción te identificás?

Uf, con muchos. A veces me gustaría ser Horacio Oliveira, vivir en las páginas de Rayuela, escuchar Jazz en Paris, tomar whisky, hablar de las palabras, y ser uno más del club de la serpiente. Hay días que siento que mi lugar es El Cairo, en la mesa de los Galanes, y viviendo en el mundo costumbrista de Fontanarrosa. Pero la mayoría de las veces puedo verme como un personaje Kafkiano – el Señor K de “el castillo”, por ejemplo-,o bien dentro de una novela de Levrero –como “el lugar” o “la ciudad”- buscando algún sentido de todo esto.
Los días que me persigue la culpa (por ejemplo cuando no escribo o leo al ritmo que me gustaría) me pongo en la piel de Raskolnikov en “Crimen y castigo”.

¿Qué autores nos recomendás?


Podría hacer una lista de cien, pero ahora mismo, por cercanía que trasciende el libro, pienso en autores argentinos contemporáneos como Selva Almada, Hernán Ronsino, Luciano Lamberti, Samanta Schweblin o Féliz Bruzzone, por nombrar algunos de estilos diferentes que me gustan mucho.   

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