¿Por
qué elegiste dedicarte a la escritura?
La verdad es que me hubiera
encantado tener una epifanía que me llevara a elegir. Será por obtuso, pero a
mí nunca me sucedió. Así que más que una elección fue una suerte de
deslizamiento natural. Soy un lector con voracidad troglodita. Y desde muy
chico acumulo libros y más libros. Así que empecé a contar mis propias
historias, al principio por un deseo de emulación y más tarde, buscando mi
propia voz. Ojalá algún día lo logre.
¿Qué
nos podés contar sobre tu último libro?
El último es MONDO CANE. Lo
publicó la Editorial Muerde Muertos hacia finales de 2016. Es una compilación
de 60 relatos cortitos que salieron en la Revista miNatura de España durante
los últimos 10 años. Son cuentos fantásticos, de terror y ciencia ficción
oscura. Quizás sea el mejor catálogo de mis obsesiones en torno a una realidad
oscilante. En el año de su publicación quedó cuarto como “mejor libro de
cuentos del año”, algo que me llenó de gratitud (y perplejidad). Aún hoy me
siguen llegando fotos y comentarios de lectores agradecidos. Sospecho que me va
a costar mucho despegarme emocionalmente de Mondo Cane porque no cesa de darme
alegrías.
¿Con
qué personaje de ficción te identificás?
Hay días que me siento el
Capitán Ahab (Moby Dick) y su cruzada personal hasta las últimas consecuencias.
Otras, siento que soy el capitán Irineo Morris (La trama celeste) que se
extravió entre mundos alternos. Otras, el Gato de Cheshire (el felino funámbulo
de Alicia). Otras, el relator que entrevió el horror primero de La llamada de
Cthulhu y siente la obligación de contarlo. Varía según la ocasión o la
lectura. Identificarse con un personaje ficticio es un buen atajo para
justificar un caso severo de múltiple personalidad que, al final de cuentas, es
más o menos lo que padecemos todos los escritores, porque tenemos que sentir
con nuestros personajes para luego intentar transmitir ese sentimiento a los
lectores.
¿Qué
autores nos recomendás?
Ya lo decían los romanos:
“clásico es lo bueno que perdura”. Así que recomiendo los clásicos como
Lovecraft o Poe; Borges o Bioy; Piglia o Walsh, Arlt o Cortázar. Pero quisiera
atraer la atención sobre la nueva ola
de escritores argentinos donde hay un registro para cada gusto. Toda gente muy
talentosa que va a nutrir tu imaginación, interrogar tus perspectivas y, sobre
todo, comprometer tus emociones. Esa es mi mejor recomendación.
Un genio
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