miércoles, 20 de diciembre de 2017

Preguntas a Leila Sucari


¿Por qué elegiste dedicarte a la escritura?
Escribo desde muy chica, pero me di cuenta que quería dedicarme a esto alrededor de los 22 años. En ese momento, estudiaba filosofía, artes visuales y hacía taller de teatro, no sabía bien qué quería, o mejor dicho, quería hacer todo. Después fue decantando solo, estudié periodismo para tener un oficio que me permitiera abandonar mi trabajo de camarera y de ahí pasé a hacer un taller de crónica narrativa con Josefina Licitra. Entonces me di cuenta que definitivamente escribir era lo que necesitaba y empecé a hacerlo todo el tiempo, escribía ficción y no ficción, no me importaban los géneros y mucho menos publicar. Era una pulsión que crecía y que se instaló en mi vida. Escribir no fue una elección, sino más bien un impulso que siempre estuvo y que en un momento se volvió una fuerza imposible de postergar.
¿Qué nos podés contar sobre tu último libro?
Adentro tampoco hay luz cuenta la historia de una niña que llega al campo y empieza a descubrir su cuerpo, lo que existe más allá de las fronteras del terreno de su abuela y la animalidad que hay en ella.
¿Con qué personaje de ficción te identificás?
 Cada vez que leo me identifico con los personajes, si no me sucede, abandono.
¿Qué autores nos recomendás?
No soy de recomendar porque creo que el camino –si es que existe algo que pueda llamarse camino-  es muy personal, ecléctico, azaroso e inesperado. Algunos autores que me marcaron son Lewis Carroll, John Fante, Sharon Olds, Gilles Deleuze, Silvina Ocampo, Felisberto Hernandez, Clarice Lispector, Tanizaki, etc.

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