¿Por qué
elegiste dedicarte a la escritura?
Creo que no lo elegí, escribo desde que me acuerdo. Sí decidí dedicarme
a la escritura como oficio, no como pasatiempo; lo hice por lo que dije antes:
escribo desde siempre. Entonces fue una decisión natural. Como el chico que
vive haciendo jueguitos con la pelota, luego crece, se vuelve futbolista, y a
todos les parece lo más lógico del mundo.
¿Qué nos
podés contar sobre tu último libro?
Mi último
libro publicado –que no es mi último libro, pero de ese no puedo hablar
todavía- es una novela, Luminosa, que trata de una mujer de cuarenta y pico de
años, Fausta, soltera y sin hijos, a la que un día le dejan una beba en la
puerta de su casa para que la crie como si fuera propia. La novela narra la
decisión que toma Fausta, pero también narra situaciones de su pasado: cómo es
que Fausta llegó a ese presente en el que le dejan una beba en la puerta de la
casa.
¿Con qué
personaje de ficción te identificás?
Me veo muy
parecida a Kinsey Millhone, la detective de la serie Alfabeto del crimen, de la
escritora estadounidense Sue Grafton. Me divierte verme parecida a ella, y es
un parecido bastante narcisista, porque Kinsey me encanta.
¿Qué autores
nos recomendás?
Bueno, si les
gustan las novelas policiales, Sue Grafton, sin duda. Si les gustan las novelas
románticas, Gabriela Margall. Ya fuera de géneros literarios, recomiendo
siempre a Amelie Nothomb, aunque sus últimos libros no me están cerrando mucho.
Te milito todo lo que sea de J.K. Rowling, no puedo creer que siga estando
subestimada por ser bestseller. Y dos extraterrestres: Chuck Palahniuk y Martín
Sancia Kawamichi.
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