¿Por qué elegiste
dedicarte a la escritura?
Creo
que no fue una elección que haya tomado conscientemente, más bien la escritura
me fue atravesando año tras año. Siempre tuve la aspiración de leer y escribir
porque allí residía una parte especial de mis días, algo así como un refugio
que para otros puede ser pintar, escuchar música o salir a andar en bicicleta.
Mientras estudiaba periodismo supe que el ambiente gráfico iba a ser mi lugar
y, en paralelo, la escritura siempre estuvo ahí, acompañándome, latiendo más
allá de mis ganas. Hoy más que nunca es una decisión constante y ahora sí, con
el correr de los años, se convirtió en elección, una elección diaria que me
transporta a uno de los mejores lugares en los que puedo estar.
¿Qué nos podés contar
sobre tu último libro?
“Memoria
de lo posible” (Peces de Ciudad, 2017) es una compilación de relatos breves que
ahondan principalmente las emociones, sentimientos y los recuerdos de sus
personajes. Se repiten ciertas obsesiones, ciertos patrones y en cada narrador
hay un interés buscado en lograr un diálogo interno entre el lector y los
personajes, algo así como un poder especial que hace que el lector vivencie lo
que el personaje siente o piensa. Me interesaba ese juego y creo que, en ciertos
momentos, está logrado. También me interesaba escribir sobre la construcción de
la memoria y de cómo muchas cosas que creemos son, en realidad, ficciones que
nos inventamos para poder sobrevivir de nosotros mismos.
¿Con qué personaje de
ficción te identificás?
En
general me identifico con personajes viscerales, esos que van de un extremo a
otro intentando encontrar un equilibrio que, aparentemente y por momentos, está
perdido. Se me viene a la mente Blanca, la protagonista de “También esto
pasará” de Milena Busquets, Gabriel Reyes de “La ley de la ferocidad” de Pablo
Ramos o Angela de “Un soplo de vida” de Clarice Lispector. Personajes
pasionales, puramente pasionales.
¿Qué autores nos
recomendás?
Abelardo
Castillo, Pablo Ramos, Clarice Lispector, Raymond Carver, Paul Auster, J. M
Coetzee, Samanta Schweblin, Martín Sancia Kawamichi, David Foster Wallace,
Roberto Bolaño, Liliana Heker, Juan Rulfo, Italo Calvino, Marguerite Duras y la
lista podría seguir bastante más.
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