¿Por qué elegiste dedicarte a la escritura?
Leer me gustaba tanto
que pensé: ¿Qué tal si intento producir
yo ese placer? Tendría trece años y
estaba por dormir. Después me di cuenta
de que fui temeraria. Además, escribir
es una forma de pensamiento, una forma de (no) ser en otros.
¿Qué nos podés contar sobre tu último libro?
Puedo decir que no está terminado, que me está costando
encontrar el tiempo para escribir todos los días, concentrarme.
¿Con qué personaje de ficción te identificás?
No me siento ni heroína ni cucaracha, ni Adriano ni Miss
Marple o Tomatis deprimido y mirando tele y tomando vino de la damajuana. Me gustaría pensar que los personajes son los
miembros de mi coro griego pero tampoco.
Compañeros, colegas, composiciones, circunstancias, los nombres propios
de ciertos momentos o de algunos años.
¿Qué autores nos recomendás?
Borges,
Saer, Uhart, Ocampo, Woolf, Yourcenar, Faulkner, Orozco. He tenido metejones con autores de
policiales. Últimamente me encantó Lucía
Berlin y María Moreno (Blackout). Como
estudié filosofía: Spinoza, Nietzsche, Heidegger, Deleuze, Han. El Diccionario ideológico de la lengua española de Julio Casares, que
es un diccionario de ideas asociadas, es genial.
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